20061107

HECHOS CONSUMADOS


Tal y como me temía, la alianza entre las tres fuerzas menos votadas, después de la primera, se han aliado y han formalizado una propuesta de gobierno para el parlamento catalán. Hasta ahora, el líder de la formación política ganadora de las elecciones, pero perdedora en el objetivo final, esto es, gobernar la región por el resultado electoral que le daba la mayoría de diputados, se mantiene en su puesto y dice que no va a dimitir. Bueno, no trato en este escrito de discutir si debe o no hacerlo. No voy a añadir, tampoco, comentarios acerca de si me parece bueno o malo el resultado de las urnas. El objeto de esta nota no es otro que publicar mis observaciones y mis conclusiones acerca de lo sucedido.

Como ya he explicado antes, las tres fuerzas políticas que siguen en número de votos a la más votada formarán gobierno. Imagínense la cara del electorado, al creerse victorioso e ilusionado con un nuevo proyecto político y ver la jugada que PSC, ERC e ICV-EUiA han hecho a los ciudadanos de Cataluña, uniéndose para gobernar cuando, según el resultado electoral, no se les había dado esa responsabilidad. Imagínense la cara que puede poner cualquier persona a la que le tocase tener que proponer en asamblea una moción, la que fuera, y que su propuesta obtuviese el mayor número de votos favorables. Imagínense que el resto de personas integrantes de la asamblea, con criterios dispares y diferentes al ganador, se unen, pese a sus diferencias, e impiden su victoria, lograda por haber conseguido convencer al mayor número de asistentes. Entre ellos, los aliados, existen puntos de vista diferentes. Bueno, hay uno que no tiene puntos de vista, sino que se vende, o hace suyos otros que nunca ha tenido y todo eso con tal de conseguir que sus aliados en este grupito usurpador se unan a él, o le acepten a él en su grupo. La persona que en su día se atrevió con ilusión y muchas ganas a proponer un cambio, una idea, a presentarla previamente estudiada y quiso desarrollarla contando con el beneplácito de la mayoría de personas de las que formaban su comunidad, probablemente se venga abajo y piense que todo esto es una mierda y que no merece ni acudir a esas asambleas, ni votar nunca más en ninguna de ellas. Que toda esa responsabilidad es de otros y que pase lo que pase, nada cambiará y aquí solamente habrá un reparto del pastel.

Ahora imagínense que la persona que presentó la propuesta se llama electorado, y que la moción era un programa político, que las personas participantes en la asamblea eran partidos políticos y cuadren todo eso con el resultado de las elecciones en Cataluña y díganme si no hay cierta semejanza.

¿Podría ser esto una causa del elevado índice de abstención en nuestro sistema democrático cuando hay elecciones? ¿Podría significar descontento ante el manejo bochornoso que se hacen de los resultados electorales, con pactos contra-natura, no deseados por la mayoría, en el que unos pocos ganan y la mayoría pierde?

Señores, yo creo motivo de reflexión seria y calmadamente meditada proponer un sistema electoral que proporcione la llave de gobierno a quien más votos saque, si es necesario, mediante segundas vueltas entre los grupos más votados. No puedo entender que yo, elector, vote a un grupo político y que éste, por no obtener la mayoría suficiente, tenga que pactar o sea desplazado de la obligación que le corresponde por grupos minoritarios que suman más votos, si los juntamos, que él. Eso no es democracia, señores. La democracia es cuando se acepta el resultado de la mayoría de los votos. Democracia es cuando una idea se considera ganadora por ser la más comunmente aceptada. No cuando se unen grupos de opiniones diversas, que no apuntan al mismo objetivo. De ahí solamente puede salir una cosa: la ruina total del gobierno.

Y si no me creen, solamente tienen que mirar alrededor.

Buenos días.

3 Comments:

Blogger Mars Upial said...

Pos... depende. Yo también pienso que debería gobernar el más votado pero hay muchos matices.

Imagina que en la hipótesis que tú propones, la asamblea está formada por 11 pollos, 5 de ellos votantes de CiU y los otros 6 de quien te dé la gana. Seguramente, si a estos últimos les preguntas qué prefieren, si un gobierno de CiU o un "n-partito" de todos los demás, van a elegir esto último. Al final, se hace lo que decide la mayoría. Por eso no estoy de acuerdo con tu afirmación de que esto "no es democracia", tal vez sea un "exceso de democracia".

Otra cuestión es plantearse cómo y por qué ocurren estas alianzas y si son "éticas" desde un punto de vista social o político. En mi opinión, entiendo que el hecho de que se alíen fuerzas de programas políticos dispares es cuestionable pues estas alianzas tienen un único propósito: una cuota de poder. Un votante de cualquiera de estos "aliados" puede encontrarse con que en Sanidad, Urbanismo, Servicios Sociales, Educación... le va a gobernar un menda con criterios absolutamente distintos a los que él votó, y eso contando con que "su" partido forma gobierno.

El caso de CiU es sangrante, no es lógico que los que han ganado las elecciones se queden sin comerse ni un lacasito. Peor me parece incluso, como ya te conté, lo que ocurrió en Galicia con la alianza del PSOE y BNG, que dejaron al PP en la oposición con el apoyo del 49% del electorado. Pero es el fruto de la ética política que impera. Una ética de la que tampoco se salva el PP, que en ocasiones también ha recurrido a estas alianzas para garantizarse un gobierno.

No sé cuál ha de ser el sistema a emplear pero yo también creo que debería reformarse la ley electoral. Podrían ser las "segundas vueltas", como tú propones, o simplemente un articulado nuevo por el que la responsabilidad de formar gobierno recayese sobre la fuerza política más votada.

Ya sabes que el sistema electoral español se basa en el métido d'Hondt que fomenta repartos de escaños diferentes al porcentaje real de votos obtenidos. Aparte de ciertas ventajas, este sistema cuenta con enormes inconvenientes, entre ellos el hecho de que fuerzas políticas regionalistas adquieran un peso (en número de escaños) muy superior en el plano nacional que otras fuerzas de ámbito nacional que, además, han sido porcentualmente mucho más votadas. En el parlamento nacional, compara el número de votos y de escaños obtenidos, por ejemplo, por fuerzas regionalistas catalanas y los obtenidos por IU.

En la transición tal vez esto tuviese cierto sentido, dado que que todo estaba cogido con alfileres y había que intentar que las fuerzas regionalistas no empezasen a tirar de la manta haciendo la situación insostenible. Se solucionó dándoles mucha voz y mucho voto en el Parlamento. Hoy en día tal vez haya que plantearse este sistema pues no es lógico que, en muchas ocasiones, los gobiernos nacionales estén a merced de estos grupos "llave" que representan los intereses de una auténtica minoría nacional.

En fin, que en este tema hay mucho de qué hablar.

Un abrazo.

Mars Upial.

11/10/2006 10:01 p. m.  
Blogger Xixarro said...

Como tú dices, ni el PP se libra de estos pactos. Es cierto y yo hablo para todos los partidos políticos, sin excepción. Lo siento, yo no creo en los pactos, salvo cuando se dan entre formaciones políticas tan parecidas que se puede decir que se gobierna "con coherencia". Y aún así, no me parecen correctos.

Está claro que si pensáramos en nuestros intereses electorales, esto que acabo de decir se matizaría mucho, porque quizá desearas que tu rival político no prosperase. Pero pensando en conjunto, no puedo entender ni aprobar que se permita formar gobiernos de esta naturaleza.

Yo lo veo desde el punto de vista de un empleado en una empresa privada. Nunca se nos pagaría por "no-hacer", sino por prosperar, por mejorar. Los intereses particulares de pequeños grupos de personas, que pueden ser totalmente legítimos, no pueden superponerse a los intereses de la mayoría, aún cuando esta mayoría sumara menos votos que el conjunto de otros grupos.

Un ejemplo práctico: en una empresa se espera diseñar un plan estratégico a partir de las ideas que van aportando los jefes de departamento. Son diez en total y cuatro de ellos coinciden en una idea común. Los otros seis deciden tres ideas diferentes, todas ellas igual de prácticas que las anteriores. Si las otras ideas minoritarias deciden unirse para que, en votación democrática, no prosperase la otra y, a la vez, votan para unirse, ¿qué idea propondrían? ¿un pastiche de las anteriores? ¿o dejarían a la empresa unos meses, o unos años tal vez, sin realizar ningún plan de mejora? Porque no creo que entre ellos prosperase la elección de la idea más votada de este grupo de grupúsculos.

Está claro que hay que salvar los matices, pero en política no todo es oratoria, ni poder expresar lo que uno piensa sin más. También es trabajar, mejorar tus condiciones de vida como ciudadano, ampliar las miras de un país, cuidar y preservar la cultura, etc. No entiendo qué bien traería a la ciudadanía este tipo de gobiernos.

Y sí, está claro que es democracia, pero quizá debi decir que esta no es la democracia que necesitamos. Por eso creo necesaria la reforma del sistema electoral.


De todos modos, un análisis más exhaustivo, con una retrospectiva de la historia de España más reciente daría con muchas más explicaciones y matices que enriquecieran este "debate", eso sí, regado de buenas cañas, alguna aceituna y unas cuantas tapitas.

Apúntalo en tu agenda, no vaya a ser que te olvides. Pon 'CAÑAS' en mayúscula y no te preocupes por el tema a debatir, que cualquiera valdrá, jajajaa...

Una pataíta a los 00, pero de amigo a amigo xD...

11/10/2006 11:33 p. m.  
Blogger Mars Upial said...

Acuso recibo de la afectuosa pataíta en los OO, de amigo a amigo, claro. Mamonaso.

Apunto lo de las cañas, ahora sólo falta decidir cuándo/dónde.

11/11/2006 9:16 a. m.  

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